Un nuevo proceso de Postulantado se inició en la Provincia de Chile de los Hermanos Menores Capuchinos. El pasado 2 de agosto, Fiesta del Perdón de Asís, en el Convento San Antonio de Padua de Santiago, ingresó, proveniente de Temuco, el postulante Telmo Elgueta.
En compañía de sus familiares y hermanos de comunidad, se vivió este ingreso junto con la celebración de la eucaristía. A partir de ahora, el hermano Telmo comenzará un profundo proceso de formación en torno a la espiritualidad Franciscana Capuchina, junto a toda la fraternidad de hermanos. Una oportunidad donde el nuevo hermano tendrá como objetivo “purificar la opción y vivir en la verdad” de modo a que pueda ver con claridad la voluntad de Dios y llegar a un conocimiento profundo de sí mismo.
Durante este año profundizará la vivencia cristiana (oración, sacramentos, liturgia), se introducirá en el trabajo minorítico, junto con una experiencia apostólica en la catequesis y misiones, donde se ponen los fundamentos de la vida fraterna.
El hermano Telmo quiso compartir algunas palabras sobre esta nueva etapa que vivirá.
«Mi nombre es Telmo Omar Elgueta Barra, tengo 30 años y vengo de la ciudad de Temuco, Novena Región de la Araucanía. Provengo de una familia humilde, alegre y muy unida la cual está compuesta por mis padres Mario Elgueta y Juana Barra y mis hermanos Fernando, Paola y Jorge.
Hace un año inicie mi aspirantado con mis Hermanos Capuchinos donde fui descubriendo más mi vocación y mi deseo de servir a Dios totalmente en mi vida. Durante ese periodo fui descubriendo la alegría de la Iglesia en la Fraternidad con el hermano, en la sencillez del diario vivir y en el gozo del Evangelio a través de una vida de oración, misión, entrega y servicio para con los demás, esos fueron los signos que me ayudaron a tomar la decisión de pedir mi ingreso como postulante en la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos que con la gracia de Dios fue aceptada, siendo mi ingreso a la comunidad el 2 de Agosto del presente año. Realmente fue de alegría y de gozo para mí, en primer lugar porque fue en el día en que se celebra Santa María de los Ángeles, la Porciúncula, el perdón de Asís, una fiesta de Misericordia para los hermanos Franciscanos y el mundo general, también porque mi familia estuvo presente y pudimos vivir juntos la Eucaristía.
Realmente el Señor ha sido muy bueno conmigo al permitirme vivir este gran privilegio de poder postular ser sirvo consagrado para Él y así decir a viva voz “Vale la pena seguir y vivir por el Señor”.
Leave a comment