La vida fraterna es un verdadero tesoro. En nuestra vida de hermanos menores, encontramos en el otro la grandiosidad de nuestro Dios que vive en cada corazón, transformando nuestras fraternidades en verdaderas casas de acogida y de alegría.
En este encuentro formativo, por la gracia del Espíritu Santo que nos iluminó con su amor, encontramos en cada hermano la verdadera respuesta de nuestra vida: ¡La vida entregue a Cristo tiene sentido! Solo por su gracia y por su amor encontramos en la vida un real sentido de libertad, de alegría, de esperanza, de ser en nuestras vidas hermanos menores, seguidores de Jesús, caminando por las huellas de San Francisco, siendo en la existencia un instrumento de su paz.
Hoy se ha concluido la asamblea provincial de los hermanos capuchinos de São Paulo y Chile. Alabamos a Dios por los frutos generados en este momento tan especial para toda nuestra vida fraterna y menor.