«Pasado el sábado, al amanecer del primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a visitar el sepulcro. De pronto, se produjo un gran temblor de tierra: el Angel del Señor bajó del cielo, hizo rodar la piedra del sepulcro y se sentó sobre ella».
Mt 28, 1-2
Viviendo el silencio de la cruz, aguardando ansiosos para la manifestación del Señor en su resurrección, compartimos con ustedes una breve reflexión de los Hermanos Capuchinos sobre la celebración del Sábado Santo.