Vivir la fraternidad es una clave central en el itinerario de Francisco de Asís. Fraternidad en la propia orden: “ninguno tenga potestad o dominio sobre los demás”; fraternidad con la iglesia, para vivir la comunión eclesial; y fraternidad universal: la creación, los seres humanos, el mundo, la naturaleza, las dificultades, la alegría… Todo se vuelve fraternidad. Buscando a Dios se encuentra con un nuevo corazón. Aprende a mirar todo con los ojos y la mirada de Jesús. La espiritualidad franciscana es una vocación de apertura a esa nueva mirada fraterna y no violenta con la dignidad humana de cada persona y con todo lo que nos rodea.
Los Hermanos Menores Capuchinos viven profundamente la fraternidad, es un valor que fortalecen día a día…
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