No me alcanzará la vida para andar por tus caminos, te sigo de lejos con mi fragilidad como alguien que intenta alcanzar el sol escondiéndose en el horizonte, pero se que tú seguimiento era así, desde la pequeñez, ante la inconmensurable grandeza Dios.
Aún así la alegría de intentarlo y saber que todo es gracia me alienta a continuar confiado y abandonado al Amor.
Feliz día de San Francisco y un abrazo a la distancia a tantos y tantas que nos sentimos hermanados en esta espiritualidad.
¡¡Paz y bien!!
Hno. Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.