Roma, 15 de septiembre. El trabajo capitular ha llegado a término en la tarde de hoy, día en que la liturgia celebra la memoria de la B. Virgen María Dolorosa: una llegada anticipada, respecto al calendario previsto (debía terminar el 16 de septiembre) a causa de la celeridad con la que se ha trabajado, sobre todo gracias al uso de la tablet en las votaciones en el aula.
La mañana de este último día se ha dedicado por completo a la votación de los textos preparados por las comisiones. Después de las intervenciones por parte de los secretarios de los grupos, que han informado en síntesis lo que fue dialogado en su interior, se ha procedido a la presentación de los textos de algunas mociones por someterlos a votación de la asamblea.
Las mociones se referían a las modificaciones al Estatuto de la Curia general, la colaboración fraterna y la solidaridad entre las circunscripciones. Todas las mociones fueron aprobadas por amplia mayoría de los capitulares. Antes de la celebración, el responsable del Secretariado para las misiones ha hecho una breve reflexión sobre el voluntariado capuchino, convertido desde hace algunos años en una hermosa realidad de la Orden. Por último, el Secretario del Capítulo ha hecho la pregunta formal sobre la clausura del mismo.
El último acto del Capítulo fue la concelebración eucarística, en la tarde, presidida por el Ministro general, fr. Roberto Genuin, secundado por todos los miembros del Consejo general. El rito se ha celebrado y animado por cantos en varias lenguas: portugués, francés, suahili, indonesio, español, etc…
En la homilía el Ministro ha hecho algunas reflexiones a partir del título de una memorable carta escrita por su predecesor: «Reavivemos la llama de nuestro carisma», y, invocando la intercesión de la Virgen María para toda la Orden. Tras la homilía, todos los frailes capitulares han sido invitados a renovar la Profesión repitiendo, cada uno en su propia lengua, el compromiso de observar los votos de obediencia, pobreza y castidad. Al término de la celebración, fue cantado el Te Deum de agradecimiento al Señor por el apoyo de su gracia, recibido durante el desarrollo de los trabajos capitulares. ¡Paz y bien!
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