A través de nuestra entrega total a la vivencia fraterna, damos testimonio del verdadero amor que proviene de nuestro Amado Redentor. Profesar esta vida fraterna es proclamar la verdadera alegría que cautiva y encanta nuestro corazón, convirtiéndonos en instrumentos en las manos de Dios de su amor y de su paz, siguiendo el ejemplo de nuestra querida Santa Clara de Asís y de San Francisco.





Con gran alegría y en el día de nuestra querida Santa Clara, compartimos con ustedes las fotos de la profesión perpetua de nuestra hermana María de la Eucaristía, que ha entregado su vida al Reino de Dios por medio del carisma franciscano capuchino. Que su compromiso sea un testimonio vivo del amor de Dios en el mundo.
Pidamos al Señor que ilumine y conduzca siempre la vida de nuestra hermana, para que su vida sea un reflejo de la alegría y el amor que brota de la fe y la dedicación a Dios.




