
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz;
sobre los que habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz
(Is 9,1)
Familia Franciscana,
hermanas y hermanos todos
¡La esperanza es audaz!
Queridas hermanas y hermanos de la entera Familia Franciscana,
¡El Señor les dé su paz!
El brillo y la musicalidad son dos de los muchos componentes de la gramática navideña. Tomás de Celano, al relatar la Navidad en Greccio, habla de una noche “resplandeciente como el día, noche placentera para los hombres y para los animales”. En esta noche “llega la gente, y, ante el nuevo misterio, saborean nuevos gozos. La selva resuena de voces y las rocas responden a los himnos de júbilo. Cantan los hermanos las alabanzas del Señor y toda la noche transcurre entre cantos de alegría (cfr. 1Cel 85).
Como representantes de la gran Familia Franciscana internacional, mientras ya vislumbramos la Luz que viene de lo Alto, les ofrecemos, en lenguaje musical, una reflexión sobre la hermosa sonoridad de la Encíclica Fratelli tutti.
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