Salgamos aprisa al Encuentro de la Vida
Con el Icono de la Visitación de María a su prima Isabel (Lucas 1,39), nos hemos reunido los Hermanos Capuchinos en la Casa de Ejercicios de Ñielol en Temuco, los días 4 y 5 de septiembre, para seguir la reflexión sobre nuestra vida y los desafíos que debemos tomar ante nuestro próximo Capítulo Provincial los días del 23 al 27 de octubre del presente año.
Al reflexionar los momentos de ésta visita, hoy también nos sentimos visitados por el Señor y esto en el marco de la vida que hoy nos toca asumir. Hoy en nuestra vida marcada por el activismo, la tecnología, el individualismo, entre otros, necesitamos dejar que esta vida nos visite, nos toque el corazón y nos haga encontrar con ella. En esta realidad sufrimiente de escucha, de liberación y de grandes cambios sociales, Dios nos habla y pide una respuesta.
“María nuestra Madre, la llena del Espíritu Santo, se deja conducir por El al encuentro de la vida. Una vida que lleva y que la lleva. ¿Quién lleva a quien?” dice un poeta. Una vida que lleva porque le ha sido entregada, se ha enraizado en su vientre virginal, ha ensanchado la tienda de su vida, y ha germinado en ella al calor del Espíritu. Una vida que la lleva a salir de sí misma, al servicio, a la alegría, a la experiencia del amor misericordioso de Dios que mira su pequeñez y exalta a los humildes y a los pobres, que la lleva a una experiencia que no puede quedarse en el rinconcito de Nazaret, sino que necesita ser compartida desde lo alto de las montañas, desde lo germinal de la vida que comienza en los dos vientres: el de ella y el de su prima Isabel, desde el encuentro que hace saltar de gozo toda vida, porque es un encuentro creyente, enamorado y lleno de esperanza” (Cf. Horizonte Inspirador de la CLAR 2015-2018).
Estos momentos, estos encuentros, estos anhelos de vida, nos llevaron a plantear la forma de vida que debemos encarar para nuestro próximo trienio y el gobierno que debemos elegir.
Por eso, miramos nuestras casas y los motivos que tenemos para vivir en esos lugares, como también, el perfil que deben tener nuestras presencias. Nuestra espiritualidad necesita ser mejorada en todo lo espiritual y el aligeramiento de nuestras presencias es una realidad que debemos encarar.
Como siempre el ambiente y la alegría del encuentro dan una nota muy alentadora y dejan el espíritu lleno de vida y aliento para seguir llevando adelante nuestra vida apostólica en el hoy que nos toca vivir.
Hno. Héctor Campos
Ministro Provincial.
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