Mensaje del Delegado Provincial a los hermanos de la Delegación San Francisco de Asís y a toda la Familia Francisclariana de Chile en la Solemnidad de San Francisco de Asís, con motivo del VIII Centenario del Cántico de las Criaturas y del tránsito pascual de nuestro Seráfico hermano menor.
Mis hermanos de la Delegación San Francisco de Asís de Chile; mis Hermanas Clarisas Capuchinas del Monasterio de la Santísima Trinidad de Santiago y del Monasterio Santa Clara de Pucón; mis hermanos y hermanas de la OFS y de la JUFRA, laicos y laicas capuchinos; nuestra juventud capuchina; y al pueblo de Dios simpatizante con nuestro carisma francisclariano: deseo que el Señor les dé la paz.
Hermanos y hermanas, en este año 2025, marcado por el Jubileo de la Esperanza y por el VIII Centenario del Cántico de las Criaturas y de la Pascua de San Francisco, nos reunimos con gratitud y alegría para celebrar la vida y el testimonio de nuestro seráfico hermano menor, San Francisco de Asís.
Vivimos un tiempo particularmente significativo: concluimos la conmemoración del Centenario del Cántico de las Criaturas, himno luminoso que nos recuerda que toda la creación es hermana y alabanza al Altísimo, y abrimos el camino hacia el Centenario de su Pascua, el tránsito a la vida plena en Dios.
San Francisco nos recuerda que el Evangelio se vive en sencillez, fraternidad y cercanía con los más pobres. En un Chile que busca caminos de justicia, de paz y de reconciliación, nosotros los franciscanos y franciscanas estamos llamados a ser signos de esperanza, cuidando la creación, promoviendo la fraternidad social y sirviendo con humildad en la Iglesia.
Nos dejó el testimonio de una existencia transfigurada por el Evangelio, abierta a la fraternidad universal y confiada plenamente en el amor del Señor. Su mirada contemplativa, que lo llevó a reconocer en todas las criaturas a hermanas y hermanos, sigue siendo para nosotros un camino de esperanza en medio de los desafíos de la Iglesia y de nuestra sociedad chilena.
La celebración de este jubileo nos invita a renovar nuestra vocación francisclariana: ser testigos de la paz, custodios de la creación, cercanos a los más pobres y servidores de la comunión eclesial. Como Familia Francisclariana, tengamos el deseo de volver a las fuentes; hagamos de nuestro espacio una nueva Asís, para que el espíritu de Francisco de Asís inspire nuestras decisiones y proyectos, fortaleciendo la fraternidad y la misión que hemos recibido.
Estos dos centenarios se entrelazan en un mismo canto de gratitud y esperanza: Francisco nos enseña a mirar el mundo con ojos de fraternidad y sencillez, e invita a caminar hacia el Señor con confianza y gozo.
Al concluir la celebración de los 800 años del Cántico de las Criaturas, sentimos el llamado a hacer de esta memoria un compromiso vivo para nuestra realidad en Chile. No queremos que sea solo un recuerdo, sino una semilla que transforme nuestra vida y misión.
En este tiempo de gracia, en que celebramos la fiesta de nuestro hermano menor San Francisco de Asís, nos unimos con gratitud y alegría a la Iglesia que vive el Año Jubilar de la Esperanza. San Francisco fue un testigo de esperanza en tiempos de dificultad; supo confiar en el Señor y descubrir su presencia en todas las criaturas. Siguiendo sus huellas, queremos vivir este jubileo como un verdadero tiempo de gracia: para volver a lo esencial del Evangelio, abrir el corazón al perdón, fortalecer la fraternidad y caminar como constructores de esperanza en nuestra Iglesia y en nuestra sociedad.
San Francisco de Asís nos invita hoy a volver a lo esencial del Evangelio: vivir con sencillez, abrazar la pobreza confiada en Dios, custodiar la creación como don y, sobre todo, ser constructores de paz y fraternidad en medio de un mundo herido por la violencia, la exclusión y la indiferencia.
Como Familia Francisclariana en Chile, dejémonos iluminar por la esperanza que brota del Señor resucitado. Una esperanza que no se queda en palabras, sino que se hace vida concreta en los gestos cotidianos: en el servicio humilde, en el cuidado de los más pobres, en la cercanía con los jóvenes, en la participación activa de laicos y laicas, en la vida de nuestras fraternidades y parroquias.
Y finalmente, este es un tiempo especial para recordar que todo comenzó con el llamado de Dios, que San Francisco escuchó y siguió durante toda su vida, inspirándonos a recordar cómo Dios ha llamado a cada uno de nosotros y a dar gracias por nuestra vocación personal a la vida francisclariana.
Abramos nuestros corazones en estos días, especialmente en la fiesta de San Francisco, y demos gracias a Dios por el tesoro de nuestra vocación. Reflexionemos una vez más sobre cómo debemos partir y encontrar las mejores maneras de cumplir lo que Dios nos pide: ¡Ve y repara mi Iglesia!
Que esta fiesta sea para todos nosotros un impulso para volver a lo esencial, renovar nuestra vocación franciscleriana y dejarnos transformar por el Espíritu del Señor, para que nuestra vida se convierta en anuncio del amor de Dios y nos fortalezca para ser signo de esperanza en medio de nuestra Iglesia y sociedad. No los hagamos esperar demasiado.
Con mi mejor deseo de una feliz fiesta de San Francisco de Asís, en este Centenario del Cántico de las Criaturas y en el camino hacia el Centenario de su Pascua, los saludo con cálida fraternidad, permaneciendo en profunda comunión en este día tan hermoso para toda nuestra familia de hermanos y hermanas.
¡Que todos tengamos una fiesta bendecida!
De la Fraternidad Santa Cruz de Pucón, 03 de octubre de 2025.
Fraternalmente,
Hermano Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.
Delegado Provincial