Estimados hermanos y hermanas, ¡Que el Señor siempre nos conceda su paz!
Queridos hermanos y hermanas, hoy, con el Domingo de Ramos, damos inicio a la Semana Santa, el tiempo más sagrado del año, en el que acompañamos a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección.
Nosotros, miembros del pueblo de Dios y simpatizantes del carisma FrancisClariano, estamos llamados a vivir la Semana Santa con una profunda espiritualidad basada en la humildad, la pobreza evangélica, la fraternidad y el amor a Cristo crucificado.
En este tiempo sagrado, nos unimos en oración y contemplación de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís, quien amó y vivió intensamente el misterio de la Cruz, renovemos nuestra entrega a Dios con humildad, alegría y servicio a nuestros hermanos y hermanas, así como a toda la creación.
Este año, además, celebramos el Año Jubilar de la Esperanza, un tiempo de gracia en el que la Iglesia nos invita a convertirnos en verdaderos peregrinos de la fe y de la esperanza, testimoniando el amor y la misericordia de Dios en nuestras fraternidades y en el mundo entero. Nuestra vida FrancisClariana debe ser un signo de esperanza para quienes sufren y un faro de paz en tiempos de incertidumbre.
La Iglesia nos llama a acompañar a Jesús en su Pasión, Muerte y Resurrección, una invitación a la reflexión y conversión. En la Cruz descubrimos el verdadero significado del sacrificio, y en la Resurrección, la certeza de la vida nueva y de la esperanza que no defrauda.
Este camino de fe se ilumina aún más con el horizonte del Año Jubilar de la Esperanza, que nos llama a ser peregrinos de la alegría y la confianza en Dios. En un mundo marcado por el sufrimiento, a indiferencia, el egoísmo, la guerra y la incertidumbre, nuestra fe debe ser testimonio vivo de que Cristo ha vencido la muerte y nos ha abierto las puertas de la eternidad.
Además, conmemoramos los 800 años del Cántico de las Criaturas, aquel himno de alabanza que brotó del corazón de San Francisco en medio del dolor y la enfermedad. Su canto nos recuerda que, aun en medio del sufrimiento, podemos alabar a Dios por la vida, la creación y el don de la fraternidad. Que este espíritu de gratitud nos impulse a cuidar la casa común y a vivir con gozo el Evangelio de la alegría que tenemos como regla de vida.
Sabemos que, San Francisco tuvo una profunda devoción a la Pasión de Cristo. Lloraba al contemplar la Cruz y anhelaba identificarse con Jesús pobre y crucificado. De esta espiritualidad nace la manera francisClariana de vivir la Semana Santa: con un corazón humilde, fraterno y lleno de esperanza en la Resurrección.
¿Cómo vivir esta Semana Santa en este contexto especial?
1. Profundizar en la esperanza: Redescubrir el mensaje de la Cruz como fuente de esperanza y vida nueva.
2. Orar con el Cántico de las Criaturas: Meditar sobre la belleza de la creación y la fraternidad universal.
3. Participar en el Jubileo: Acercarse a los sacramentos y vivir la gracia del perdón y la conversión.
4. Comprometerse con el prójimo: Seguir el ejemplo de San Francisco, amando y sirviendo con humildad.
Esta Semana Santa puede ser un tiempo de renovación espiritual, donde la esperanza y el Cántico de las Criaturas nos guíen hacia una vida más plena y entregada.
La Semana Santa francisClariana se vive desde la sencillez, el amor a la Cruz y la esperanza en la Resurrección. Siguiendo el ejemplo de San Francisco y Santa Clara, hagamos de estos días una verdadera experiencia de conversión, fraternidad y gozo pascual.
Que esta Semana Santa nos ayude a vivir con el espíritu de Francisco:
• Viendo en cada dolor una oportunidad de unión con Cristo.
• En cada criatura, un reflejo del amor de Dios.
• En cada dificultad, una invitación a la esperanza.
Que, como San Francisco, aprendamos a cantar en medio de las pruebas, sabiendo que la Resurrección es la gran respuesta de Dios a todo sufrimiento.
¡Que el Señor Resucitado nos llene de paz, alegría y gratitud!
Fraternalmente,
Hermano Mauricio Silva dos Anjos, OFMCap.
Delegado Provincial
