Ser Hermano Capuchino es vivir toda la dimensión del Evangelio, llevando al mundo la alegría y el amor de Dios para todas las personas, viviendo así la señora pobreza como la verdadera riqueza, la obediencia siendo la grande libertad y el amor como un encuentro con Dios y con las personas que más necesitan de la presencia del Señor.
¡Somos Capuchinos, somos sus Hermanos!