Una orden de hermanos menores que viven siempre en camino, junto a JovCap (Juventud Capuchina), en la misión de trabajar en una iglesia de llamados y llamadores. Ayer, 21 de marzo, los Hermanos Capuchinos de la Delegación, reunidos en el segundo día de asamblea, por la mañana, tuvieron la asesoría del padre Luis Roblero, SJ, que abordó el tema de la Tercera Asamblea Nacional. El jesuita compartió su experiencia de diez años de pastoral en la cárcel, de cómo la misericordia de Dios y el amor al prójimo pueden mitigar el dolor, tanto lo practicado como también lo sufrido en el tiempo de cumplimiento de la pena. Además, también reflexionó sobre los casos de abusos en la Iglesia y cómo, hoy, es posible reanudar el camino y recuperar las pérdidas, a través de la fe y del cultivo de la conciencia de que el Señor camina con su pueblo, mismo delante de los errores y de las quedas, basta que el mismo pueblo se arrepienta y vuelva atrás.
Por la tarde, los frailes tuvimos la alegría de recibir a los jóvenes de la Pastoral Juvenil, que presentaron, con mucha animación y dinamicidad, sus trabajos y sus esfuerzos por mantener el carisma franciscano capuchino en la vida de los jóvenes. Los coordinadores del CAMJOCAP (Campamento de Jóvenes Capuchinos) expusieron su deseo de continuar con todas las actividades y compartieron algunas fotos y vídeos de jóvenes que participaron de esa experiencia en diversos años. Además, expusieron su deseo de una más gran presencia de los frailes en sus encuentros y vivencias, de una animación y formación, incentivo y apertura para que el carisma capuchino pueda llegar a más jóvenes y, así, hacer crecer el espíritu de Francisco de Asís.
Después, tocó el turno a la Pastoral Vocacional, que expuso los planes y propuestas de esquemas para trabajar en este año y en el próximo. Hermano Mauricio presentó también un basamento teórico y una tentativa de comprensión del camino vocacional, cuyo fundamento recorre desde la psicología, eclesiología hasta la espiritualidad e historia franciscanas, un camino que debe ser hecho en todas las fraternidades de la Delegación.
Al fin del día, los frailes celebramos la Eucaristía y nos quedamos con el sentimiento de la carta del Espíritu a la Iglesia de Éfeso: “has sufrido por mi nombre sin desanimarte, pero tengo algo en contra tuya, y es que has perdido tu amor del principio. Date cuenta, pues, de dónde has caído, recupérate y vuelve a lo que antes sabías hacer” (Apocalipsis 2, 4-5). Así, todos nosotros, hermanos menores capuchinos, tenemos que volver al primer amor con espíritu de arrepentimiento y de renovación, pero también de esperanza y jovialidad.