Vía: OFMCAP.ORG
El aniversario de la fecha de la aprobación eclesial de la reforma capuchina con la bula “Religionis Zelus” (3 de julio de 1528) es la ocasión para celebrar nuestro ser familia espiritual. Una familia que interrelaciona a los frailes capuchinos, a las monjas contemplativas asociadas, a los institutos de vida consagrada religiosos y seculares agregados a la Orden, a las asociaciones de fieles e instituciones laicales nacidas o acompañadas por capuchinos.
Esta cita nos convoca para recordarnos nuestra pertenencia espiritual y reavivar nuestras relaciones recíprocas en los diversos niveles: general, regional y local. Queremos agradecer, compartir y proyectar desde nuestras raíces comunes para seguir construyendo nuestra historia de relaciones fraternas. La precaución sanitaria al afrontar la actual pandemia mundial desaconseja realizar encuentros presenciales, pero no nos impide sentirnos en comunión, especialmente por medio de la oración. Por eso, este 3 de julio les proponemos orar con esta plegaria en cada fraternidad, haciendo memoria agradecida de los miembros de nuestra familia espiritual.
Un motivo compartido de particular alegría es la próxima canonización de la madre Francisca Rubatto, fundadora de las Hermanas Capuchinas de Loano: ¡demos gracias a Dios! Seguimos orando con insistencia por la pronta beatificación de la madre María Lorenza Longo, fundadora del primer monasterio de Clarisas Capuchinas en Nápoles y por el avance la causa de tantos fundadores y fundadoras.
Pidamos este 3 de julio que el Señor avive en nosotros el fuego de su Espiritu. Fraternalmente,
Fr. Leonardo Ariel González Ruilópez OFMCap
Delegado del Ministro general
Para las monjas capuchinas Y los Institutos agregados a la Orden
Oración: ENCIENDE EN NOSOTROS EL FUEGO
Oh, Espíritu Santo,
llena el corazón de tus fieles
y enciende en nosotros el mismo fuego,
que ardía en el corazón de Jesús,
mientras él hablaba del reino de Dios,
mientras anunciaba a todos la buena noticia:
“¡Vuestro Padre quiso daros su reino…
todos vosotros sois hermanos!”
Haz que este fuego se nos comunique,
así como se le comunicó a Francisco y Clara,
así como se encendió en los primeros capuchinos,
así como ha abrazado de amor a los fundadores y fundadoras
de nuestra familia espiritual.
Tú solo, Espíritu Santo,
puedes encenderlo
y a ti por lo tanto dirigimos nuestra debilidad
nuestra pobreza, nuestro corazón apagado,
para que tú lo vuelvas a encender con el calor,
con la santidad de la vida, con la fuerza del Reino.
Danos, Espíritu Santo,
de modo nuevo, el Carisma
para ser acogido en nuestra vida concreta
para ponerlo al servicio de la Iglesia,
para volver a donarlo a los pobres, a los últimos.
Te lo pedimos
por intercesión de María, madre de Jesús,
llena de gracia y comunión,
modelo de la Iglesia sierva y fraterna. Amén.
(Adaptación de una oración del Card. Carlo Martini)
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