Somos una Orden de Hermanos capaces de transformar el mundo con su testimonio de fraternidad. Estamos llamados a llevar al mundo esta increíble alegría, la más tierna confianza en la voluntad de Dios en nuestra vocación, que es la vida en fraternidad».
Dos historias, dos realidades que se han unido para llevar por donde están el testimonio de fe y esperanza: ¡nuestra gran alegría es estar en la presencia del Señor!
Hoy celebramos esta unidad en la que la gracia de Dios nos ha dado, la dimensión misionera y fraterna de unión al mismo proyecto de vida, de ser hermanos menores capuchinos, de seguir los pasos de nuestro Padre seráfico san Francisco, de ser en el mundo instrumentos de la paz del Señor.
Caminemos en la esperanza de una Orden viva, misionera y alegre que vive la dimensión evangélica, uniéndonos en la fuerza del Espíritu Santo de Dios que nos llama todos los días para juntos en fraternidad construir un mundo mejor.
¡Somos Capuchinos, somos Hermanos!